Modelo de Gestión Tecnológica para la Productividad y Competitividad Empresarial

John Jairo Castrillón Cardona. M. Sc., Esp

David Alexander Urrego Higuita. M. Sc.

Resumen

El modelo propuesto, sirve como base para trabajos futuros, que permitan a los interesados en gestión tecnológica, reconocer, formular, ejecutar y evaluar estrategias tecnológicas orientadas a la reducción de brechas en los contextos donde se compite.

El presente trabajo tiene como objetivo proponer un modelo de gestión de la tecnología al interior de las organizaciones, que permita mejorar el uso eficiente de los recursos de los cuales dispone; con el propósito de desarrollar, transformar o potenciar capacidades organizacionales que le permitan mejorar su desempeño basado en la productividad y su consecuente impacto en su competitividad en el mercado o industria donde se desenvuelve; constituyéndose esto, en un prerrequisito que eventualmente derive en el hallazgo de fenómenos de innovación.

A partir del trabajo de campo con 163 organizaciones, de diferentes sectores económicos, tamaños y ubicación geográfica en Colombia, se pudieron reconocer actividades y rutinas que daban cuenta de cómo las unidades de muestra manejaban a su interior los procesos de generación, transformación o mejoramiento de sus capacidades, con el objetivo de responder a los retos y problemas que le impone su entorno. Las actividades fueron clasificadas, renombradas y articuladas en un orden común evidenciado en la interacción con la muestra.

El resultado final, es una propuesta de modelo de gestión tecnológica para la productividad y competitividad empresarial, el cual se fundamenta en los recursos y capacidades propios de la organización, que permite reconocer la brecha tecnológica de la misma con su entorno, el establecimiento de una estrategia tecnológica de valor, y en un uso y articulación de recursos y actividades enmarcados en conceptos de pertinencia, eficiencia y eficacia en la transformación organizacional.

Palabras claves

Productividad, Competitividad, Gestión Tecnológica, Desempeño, Desarrollo Económico

 

Introducción

Desde los postulados de Schumpeter en la década de los treinta, hasta nuestros días, los economistas han agotado esfuerzos por demostrar la relación entre el crecimiento económico de las naciones y los procesos de innovación (Montoya, 2004), premisas todas aceptadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que desde su fundación y como eje misional de su quehacer, estableció la necesidad de contar con sistemas de métrica que permita a los países miembros y a los interesados, comparar y acopiar buenas prácticas en materia de políticas sociales y económicas (Leimgruber & Schmelzer, 2017), entre ellas las relacionadas con la gestión de ciencia, tecnología e innovación (CTI), como el eje del crecimiento económico de las naciones .

Después de varias décadas de trabajo, en búsqueda de economías sustentadas en el conocimiento, y de una frenética tarea por hallar modelos de sistemas nacionales de ciencia, tecnología e innovación(SNCTeI) (Eyzaguirre et al., 2005), en especial en países con economías emergentes, que enmarcados en conceptos de eficiencia, pertinencia y eficacia, faciliten la transformación de los aparatos productivos y de la vocación económica de sus regiones; vale la pena preguntarse, si estas economías han logrado tasas de crecimiento, o índices de transformación de sus sistemas económicos, que den cuenta, de que siguen el camino correcto; y aunque los sistemas de medición, como los establecidos por la OCDE(Wilson, Tyedmers, & Pelot, 2007), muestran avances en el número de actividades de CTI que implementan estos países, podría sugerirse que esto aún no impacta el crecimiento económico sostenido y permanente de estas economías(Boarini & D’Ercole, 2013; Osberg & Sharpe, 2011), y lo que resulta aún más desalentador, es que un fin supremo allende al crecimiento, es el desarrollo económico (Albuquerque, 2004), que se traduce como un mejoramiento estructural de la calidad de vida de los habitantes de un territorio, no se logra impactar a pesar de los esfuerzos y de los presupuestos para garantizar bienestar a los pueblos (Abello, Páez, & Dacunha, 2001).

La búsqueda de la innovación como base de esta transformación, ha permeado todos los discursos, académicos, políticos y sociales, lo que plantea varias preguntas: i) ¿verdaderamente el discurso está alineado con las acciones? (Castelblanco & Robledo, 2014), ii) ¿se comprende de buena manera que se debe hacer para garantizar esa transformación económica y del bienestar de los habitantes, a partir del trabajo tecnocientífico? (Santos, 2005), iii) ¿qué se entiende por gestión tecnológica y de la innovación?, iv)¿es la gestión de la innovación lo mismo que la gestión tecnológica? (Ochoa Ávila, Valdés Soa, & Quevedo Aballe, 2007), v) ¿cuál es la línea que las divide en caso de ser diferentes, hacia donde se deben dirigir los esfuerzos, para mejorar la eficiencia en el manejo de los recursos y la generación y fortalecimiento de las capacidades organizacionales o de un territorio? (Silva-Lira, 2005)

Este trabajo pretende mostrar como el desarrollo económico, se apalanca en la gestión tecnológica, y como esta, entendida como un modelo, es la herramienta que prepara a las organizaciones y a las regiones en criterios de productividad, a partir del manejo eficiente de los recursos para el desarrollo y fortalecimiento de capacidades, que garantice sostenibilidad y permanencia en el tiempo, y que posible y eventualmente pueda derivar en el encuentro con fenómenos de innovación que mejoren su competitividad y el desarrollo de las empresas, de los territorios y de las naciones.

 

Metodología

A partir de un trabajo de campo que incluyó 163 empresas de diversos tamaños, pequeñas, medianas y grandes, ubicadas en las ciudades de Medellín, Bogotá, Quibdó, Bucaramanga y sus áreas metropolitanas, en la Tabla 1 se describe la distribución de la muestra, donde se buscó reconocer a partir de evidencias en las rutinas de trabajo y una interacción con sus procesos estratégicos, operativos y administrativos, aquellas prácticas que contribuían al mejoramiento del desempeño, y orientadas al manejo eficiente de los recursos y en una intencionalidad de generar o mejorar capacidades para la productividad y en consecuencia para la competitividad. Dichas rutinas o actividades se contrastaron con los modelos de gestión tecnológica, propuestos por (Berry & Taggart, 1994; Enrique Alberto Medellín, 2010; Gopalakrishnan & Damanpour, 1997; Gregory, 1995; Liao, 2005; Niebles-Núñez, Hernández-Palma, & Cardona-Arbeláez, 2016; Robledo Velásquez, 2013). Las actividades evidenciadas se renombraron y organizaron en el orden más recurrente, en el proceso de interacción con las empresas pertenecientes a la muestra.

Lo anterior, debidamente contrastado con algunos postulados y teorías relativas a modelos económicos y fuentes de carácter bibliográfico sobre gestión de la innovación y gestión tecnológica.

 

Desarrollo

En 1961se crea la OCDE por treinta países miembros, comprometidos a promover la democracia y la economía de mercado, es así como esta organización se traza ser un proveedor de datos comparativos, análisis y perspectivas, cuyo propósito es ayudar a los gobiernos a comparar las experiencias de sus políticas, buscar respuestas a problemas comunes, a identificar buenas prácticas y a coordinar políticas (OCDE, 2011). En el artículo primero del convenio de la OECD, se establecen como ejes misionales:

  • Apoyar el crecimiento económico
  • Aumentar el empleo
  • Mantener la estabilidad financiera
  • Asistir a otros países con su desarrollo económico
  • Contribuir al crecimiento del comercio mundial
  • Mejorar la calidad de vida.

Lo anterior bajo cuatro ámbitos de actuación, Medio Ambiente, Economía, Cohesión Social y Gobernabilidad (Leimgruber & Schmelzer, 2017). Todo lo anterior es el fundamento que da origen a los Sistemas Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación, SNCTeI, como instrumento de política pública, orientada a la transformación de los sistemas económicos locales (Chudnovsky, 1999; Monroy, 2006).

Cuando hablamos de SNCTeI, hay dos conceptos que se hace necesario precisar, ellos son Crecimiento Económico y Desarrollo Económico, conceptos que terminan por confundirse entre si en el discurso cotidiano, el autor (Vasquez-Barquero, 2007), proponen:

  • Crecimiento Económico Es el cambio continuo de la producción agregada de una región a través del tiempo, y se expresa como un indicador, que comparado con otro periodo determina su variación, para el caso de nuestra economía el PIB (Producto Interno Bruto).
  • Desarrollo Económico Es el cambio estructural que conduce al mejoramiento en el nivel de vida de la población, a través del aprovechamiento de la mano de obra y de los recursos dispuestos en un territorio.

De lo anterior se infiere que, el crecimiento económico no necesariamente produce como externalidad el mejoramiento en el bienestar de la población(Juan R. Cuadrado & Miguel Ángel Marcos Calvo, 2005), eso puede verificarse en economías de algunos países latinoamericanos, que aunque sostienen por algunos años tasas de crecimiento continuo, sus niveles de desarrollo, medidos por la variación de la pobreza o el acceso a servicios básicos como la salud, la educación entre otros y sus avances en infraestructura, no son directamente proporcionales, como consecuencia de algunos fenómenos, entre otros, como la corrupción, las altas cargas fiscales, o por una deficiente gestión gubernamental (Katz, 1999).

El desarrollo económico entonces, debería ser el fin de los SNCTeI, la tecnología y la innovación puestos al servicio de las necesidades de las comunidades (Abello et al., 2001). ¿Cómo puede entonces un SNCTeI, impactar el desarrollo económico de un territorio? La respuesta a este interrogante puede ser, entendiendo que la empresa es la Unidad Básica del Desarrollo Económico, en cualquiera de sus formas (Barea, 1990; Sanz, 2005) , empresa con ánimo de lucro y que atiende a lógicas de mercado, la empresa social que busca el aseguramiento económico de las comunidades a las cuales sirve, la empresa cultural como fenómeno de intervención social, entre otros (Helmsing, 2002). Es aceptable que esta postura sea controvertida, pero puede demostrarse de una manera simple, como se muestra a continuación:

Si un SNCTeI, lograré en territorio fortalecer el número de empresas apostadas allí, posiblemente la consecuencia sería, el aumento en el número de personas ocupadas, es decir, eventualmente favorecería el empleo, y este la demanda de bienes y servicios, y esta demanda, las rentas empresariales, que a su vez estimularía la inversión privada, en consecuencia, el aumento en el recaudo fiscal, y con éste, mayores recursos se traducirían en inversión estatal, lo que posiblemente impactaría en las condiciones de vida de sus habitantes. Esta cadena de acontecimientos desde luego puede interpretarse como mejores niveles de bienestar de la población, es decir Desarrollo Económico (Albuquerque, 2004); el discernimiento de la empresa como medio, principio y fin del mejoramiento de los sistemas económicos, ya había sido planteado y ampliamente tratado por (Mankiw, 2012), en su trabajo principios de economía.

La empresa en una economía del conocimiento, no puede pues reducirse a un concepto tradicional cuyo objetivo básico es la maximización de las utilidades, sino, que la misma hoy debe obedecer a la generación de valor, para todos y cada uno de sus stakeholders (Sandoval Duque, 2014; Suaréz, 2007); y entenderla plenamente insertada en el proceso de mejoramiento del bienestar de los habitantes de una región (Silva-Lira, 2005).

En consecuencia, la tecnología y la innovación deben incorporarse a los procesos funcionales de la unidad empresarial, con el propósito de generar ventaja en el mercado o en la industria donde se compite, y esa ventaja es posible a partir de la generación de valor (Huang, Wu, Lu, & Lin, 2016; Prajogo & Ahmed, 2006). Lo anterior nos lleva a sugerir, que la sostenibilidad y permanencia de la empresa a través del tiempo (Çınar & Eren, 2015), responde a criterios de competitividad, lo que significa, la capacidad de responder a las necesidades de sus clientes o mercados de una manera más efectiva que sus competidores; y esta competitividad es posible cuando se desarrolla la capacidad de resolver de una manera diferencial y con una clara percepción de valor por parte de los interesados, los problemas que plantean los individuos y los mercados, es decir soluciones basadas en innovación (Giacometti-rojas, s. f.; Malaver & Vargas, 2004; Vivas-López, 2013).

Pero la competitividad tiene un requisito previo, ya que no puede ser posible, sin resolver primero criterios de productividad (Heijs, 2018); una unidad empresarial no puede ser más competitiva que otra, si primero no logra ser eficiente en el manejo de sus recursos, si antes no desarrolla capacidades a su interior, que le permitan afrontar los retos y los problemas que le impone su entorno; y esos criterios de productividad se logran a partir del uso del conocimiento aplicado, para ir en la búsqueda de las soluciones más eficientes que permitan responder a esos requerimientos, lo que convierte, desde esta propuesta, a los SNCTeI, en una herramienta para apostarle a la productividad, basada en el uso de la tecnología, entendida como la aplicación el conocimiento para solucionar un problema, como condición que precede a criterios de competitividad a partir de la innovación.

Otra presunción que se puede plantear, en gracia de la discusión, es que hay modelos de gestión orientados al mercado (Berry & Taggart, 1994; Enrique Alberto Medellín, 2010; Liao, 2005) , es decir se fundamentan en criterios de competitividad , y es la búsqueda de la innovación la que determina todos los esfuerzos y las apuestas de gestión (Gestión de la innovación); por otro lado, hay modelos de gestión que están basados en principios de productividad (Gopalakrishnan & Damanpour, 1997; Gregory, 1995; Niebles-Núñez et al., 2016; Robledo Velásquez, 2013), y su orientación es al manejo eficiente de los recursos y el desarrollo de capacidades (Gestión Tecnológica).

En contexto en la Figura 1, para contribuir al propósito superior, cual es, el bienestar y la calidad de vida de los habitantes de un territorio, la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación tiene como eje el desarrollo económico, el desarrollo económico tiene como eje a la empresa, la empresa tiene como eje la competitividad, la competitividad tiene como eje la productividad y la productividad tiene como eje una adecuada y eficiente gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Dado el anterior planteamiento, uno de los temas que se deben resolver los SNCTeI, es como garantizan que los recursos, instrumentos, políticas e instituciones (Albis, Garcia, Sánchez, & Bayona-Rodríguez, 2018; Edgard Moncayo, 2018; González & Flores, 2018), se articulen de tal manera que sus resultados impacten el bienestar de sus habitantes pero además, cómo se establecen dinámicas de transformación económica a partir de insertar la empresa, sus retos y problemas a los procesos de desarrollo y producción de nuevas tecnologías, que en primer lugar impacten su productividad y en consecuencia este mejor preparada para escenarios de competitividad, local, nacional, regional o mundial .

La gestión tecnológica entendida como la gestión del saber hacer, a partir del conocimiento aplicado para responder a problemas inherentes a la organización, requiere ser vista desde el ámbito de los procesos, y de un entendimiento de las tareas claves y su articulación, que permiten acercarse al objetivo de hacer un uso eficiente de los recursos disponibles, para la generación de capacidades del orden financiero, gerencial, organizacional, de innovación y de marketing (Carattoli, 2013). Es por eso que el hallazgo y planteamiento de un modelo de gestión tecnológica, que permita orientar las actividades al interior de la organización, dándole estructura y facilitando un eventual mejoramiento en la eficacia con relación al alcance de los objetivos perseguidos por la unidad empresarial en materia tecnológica, se presenta como un avance en el entendimiento del complejo ámbito de la innovación, la cual aunque es difícil entenderla como un proceso per se, toda vez que, ni las metodología, ni los instrumentos, ni los modelos pueden garantizar un resultado innovador, a veces esos mismos resultados solo obedecen a un capricho derivado de la casualidad. Pero si hay evidencias, que cuando una organización se enfoca en mejorar su desempeño a partir del desarrollo de capacidades, (Gestión tecnológica), su productividad y competitividad se impactan positivamente, y eventualmente arroja resultados que podrían entenderse desde el plano de la innovación (Aryanto, Fontana, & Afiff, 2015; Oura, Zilber, & Lopes, 2015; Prajogo & Ahmed, 2006)

El presente trabajo, se plantea el objetivo proponer un modelo de gestión tecnológica, que surge de la experticia y desempeño de esta área en las mismas organizaciones, quienes dominan, sufren y comprenden las lógicas que le impone el mercado, y que en su propósito de enfrentarlas y superarlas, han desarrollado procesos que pueden perfectamente servir de modelos para otras organizaciones, que decidan emprender estos procesos de transformación basados en la tecnología. Así mismo, el modelo en estas condiciones debe tener la capacidad de ser adaptado a cualquier tipo de organización, en atención a su tamaño, estructura y recursos, y plantear los elementos que los SNCTeI, deben proveer a través de las entidades de interfaz, y que no puedan ser asumidas por las unidades empresariales, en razón de su tamaño, etapa de madurez, o falta de recursos.

Para contribuir al propósito anterior se tomaron como referencia las propuestas de modelos de gestión de la tecnológica propuestos por (Berry & Taggart, 1994; Enrique Alberto Medellín, 2010; Gopalakrishnan & Damanpour, 1997; Gregory, 1995; Liao, 2005; Niebles-Núñez et al., 2016; Robledo Velásquez, 2013), de los cuales se listaron las actividades que los diversos modelos plantean, buscando contrastar las propuestas con las actividades realizadas al interior de las empresas que hicieron parte de la muestra.

 

Resultados

Después de recopilar, organizar y analizar la información derivada de la interacción con las unidades empresariales que constituyen la muestra, se listaron las actividades que eran coincidentes y cuyas evidencias demostraron que aportaban valor para los propósitos de transformación organizacional. Otro hecho destacable es que una porción muy alta de la muestra (92%) manifestó estar realizando procesos de innovación, en un lapso de tiempo superior a los 3 años, sin embargo sus resultados o productos, no son considerados por ellos mismos como innovación, pero si coincidían que los logros aunque no eran innovadores desde su perspectiva, permitieron en un porcentaje superior al 73% de la muestra modificar procesos, sistemas o productos que aportaron eficiencia preferentemente en términos de costos de producción, disminución de mantenimientos o reparación de equipos, sustitución de tecnologías, o mejora de los atributos de los productos.

Otra particularidad del proceso, es la terminología que se utiliza al interior de las organizaciones para referirse a ciertos procesos, que desde la academia se proponen para considerar un entendimiento de manera universal, al versar alrededor de la gestión de la tecnología; lo que hizo necesario renombrar un grupo importante de actividades, por la denominación que recibían; como ejemplo se citan las actividades de Vigilancia y Prospectiva Tecnológica e Inteligencia Competitiva, y que al interior de las organizaciones recibían nombres como, rastreo de información, Benchmarking, Inteligencia de Negocios, entre otros.

Por último, se prestó especial atención a la articulación de las actividades, y como estas eran presentadas en una suerte de orden debidamente justificada, que daban al modelo una lógica bien estructurada de su secuencialidad e interrelación.

Se identificaron en total 17 actividades con una coincidencia superior al 63% en la muestra, de las cuales 14 actividades se realizaban al interior de la organización y 3 de cara al mercado, cuanto el nivel de madurez o de preparación era alto.


A continuación en la Figura 2, se presenta el modelo derivado del presente trabajo:

Al interior de la organización

Inventario de Tecnologías
Reconocer la disponibilidad de recursos, capacidades, tecnologías o paquetes tecnológicos, activos de conocimiento, entre otros, es el punto de partida para establecer el estadío tecnológico en el que se encuentra la organización.

Valoración de Activos Tecnológicos

El inventario hallado y disponible, debe someterse a un proceso de valoración que permita establecer su importancia en términos del aporte al marco estratégico organizacional, cual es su impacto en el Core del negocio, y su estado con relación a tecnologías similares o sustitutas en referencia a su actualización o grado de obsolescencia, funcionalidad, entre otros, que permita su potenciación, desuso o descarte.

Vigilancia y Prospectiva Tecnológica e Inteligencia Competitiva

Luego de conocerse el estadío tecnológico de la organización, este debe ser comparable con los escenarios locales, nacionales, regionales y mundiales; ¿cuáles son las tecnologías que imperan, e imperarán en la industria y el mercado donde se desenvuelve la organización?, ¿cuáles son los retos que se deben superar para lograr posicionarse en un contexto competitivo?; lo que determinaría la brecha tecnológica de esa organización con relación a su industria o mercado, permitiendo reconocer el estadío tecnológico deseable.

Definición de la Estrategia Tecnológica

En atención a los recursos y capacidades disponibles, la organización que logra reconocer su brecha tecnológica, puede elegir entre los diferentes escenarios de desarrollo tecnológico, de corto, mediano y largo plazo, en los ámbitos locales, nacionales, regionales o mundiales. Estableciendo el portafolio de proyectos tecnológicos posibles, que le permitan alcanzar el nivel deseado.

Valoración Ex-ante de los Proyectos Tecnológicos

Dado que los recursos son escasos y las capacidades limitadas, la organización debe priorizar la elección y ejecución de las diferentes opciones, con criterios de pertinencia, de impacto al marco estratégico, requerimiento y demanda de recursos, magnitud de los resultados esperados, urgencia, entre otros criterios, lo que permite establecer el portafolio de proyectos tecnológicos de valor para la organización.

Decisión entre I+D o Adquisición

La ejecución de la estrategia tecnológica, lleva a la disyuntiva entre desarrollar o adquirir tecnologías, lo que se resuelve cuando se determinan con claridad aspectos como el tiempo y los recursos disponibles, el nivel de importancia del proyecto en la estrategia, el tiempo de respuesta que demanda la solución, la ventaja competitiva que se quiere alcanzar, el riesgo, entre otros.

Definición de Estrategia de Protección y Propiedad Intelectual

Definida la ruta de actuación y la manera en que se ejecutaran los proyectos, la confidencialidad y la custodia de la información, como también la protección de los productos que se derivan de la ejecución de la estrategia, deben ser asegurados estableciendo los mecanismos de protección que se adaten a la estrategia y la organización.

Plan Tecnológico (Implementación de la estrategia Tecnológica)

La Estrategia tecnológica requiere volverse operativa, a partir de la determinación de las actividades necesarias para su ejecución y alcance de los objetivos; dichas actividades deben presentarse de manera detallada, estableciendo, su alcance, metodología, justificación, articulación con otras actividades, requerimiento de recursos, tiempo de ejecución, responsables entre otros aspectos.

Gestión de Proyectos

La ejecución del plan tecnológico, requiere de metodologías de administración de proyectos, que garanticen una menor siniestralidad de los mismos, la pérdida de recursos, ineficiencia u optimización en el alcance de los resultados, desviaciones o cambios en el entorno tecnológico de la organización que deriven en trasformaciones, sustituciones o abandono de los mismos proyectos.

Gestión del Conocimiento

La sistematización de experiencias, el acopio de las lecciones aprendidas y el establecimiento de mecanismos de acopio, procesamiento y custodia de la información, garantizan el fortalecimiento de capacidades organizacionales y un impacto en el nivel de experticia de sus colaboradores.

Valoración del Negocio Tecnológico

Los resultados obtenidos, requieren ser evaluados desde la perspectiva de su contribución a la generación de valor de la organización, su impacto en los costos de producción, en el precio de venta, en el mejoramiento de las características de los productos o servicios y desde la óptica financiera, la determinación de su valor de transacción.

Transferencia

Asimilación (Transferencia Interna)

La incorporación de las nuevas tecnologías al proceso operativo, productivo, administrativo o comercial, permite la transformación de la propuesta de valor de cara al mercado, garantiza un nuevo escenario competitivo a partir del establecimiento de características y atributos diferenciales.

 

De cara al mercado

Definición de Stakeholders

Si las tecnologías o paquetes tecnológicos desarrollados tienen como objetivos terceros, el reconocimiento de los interesados, sus características, el impacto de los desarrollos en su operación y en el Core de su negocio, permiten establecer condiciones que aumentan la posibilidad de éxito en los procesos de negociación.

Evaluación y definición de mecanismo de transferencia externa

Las diferentes alternativas de transferencia, licenciamiento, Spin-off, Startup, transferencia directiva, se contemplan en atención a los objetivos y propósitos de la negociación, tipos de retribución esperada o acuerdos de alianzas para su explotación.

Negociación

Establecer acuerdos, los elementos sustanciales de la transacción, responsabilidades, procesos de asesoría y acompañamiento, entre otros.

 

Discusión y análisis

El modelo planteado muestra de una manera ampliada consideraciones de otras propuestas de modelos de gestión tecnológica, lo que permite un mejor reconocimiento de los procesos que intervienen y la forma como ellos se articulan y se interrelacionan. La organización tiene pues a partir de esta propuesta una idea de cómo estructurar sus procesos orientados a la determinación, implementación y ejecución de su estrategia tecnológica. Reconocer cuales son las actividades claves y cual es su importancia en la configuración de un proceso con mayores posibilidades de éxito.

La gestión tecnológica vista desde la óptica del modelo propuesto, no tiene como fin la innovación, sino, el uso eficiente de los recursos disponibles por la organización y como a partir de ese uso la organización desarrolla capacidades que le permiten mejorar la productividad y en consecuencia su competitividad y eventualmente podría encontrarse con fenómenos de innovación.

Cuando se plantea la innovación como fin, se obvia que no existe un proceso que pueda garantizar tal logro, lo que desestimula y frustra la intención de que más organizaciones emprendan procesos de transformación a partir de la aplicación del conocimiento científico en la búsqueda de soluciones eficientes a los problemas cotidianos. Pero cuando se comprende que la innovación es en ocasiones más fruto del resultado de hacer una correcta gestión de los recursos y capacidades con los que cuenta la organización y que aun no llegando a resultados que se puedan considerar innovadores, la empresa se transforma y desarrolla posibilitando su sostenibilidad en el tiempo; la incertidumbre por el desarrollo tecnocientífico se mitiga y aflora una propensión mayor a asumir ese riesgo.

 

Conclusiones

Se presenta una propuesta de modelo de gestión tecnológica organizacional, que permite entender la articulación de los procesos determinantes en el desarrollo de capacidades y desarrollo de estrategias tecnológicas, el cual considera los recursos y capacidades con los que cuenta la organización, y que posibilita entender la gestión tecnológica como un proceso integral, sistemático y estructurado.

Se plantea de manera sucinta y clara la forma como los SNCTeI deben atender a lógicas de desarrollo económico, y como este a su vez, se sustenta en la unidad empresarial como unidad clave para tal fin.

Se sugiere que la gestión tecnológica, es un proceso que tiene raíces al interior de la organización, y cuyo propósito es la de hacer un uso eficiente de los recursos disponibles, para la generación, trasformación y mejoramiento de las capacidades empresariales de tipo financiero, organizacional, de marketing, gerencial y de innovación.

 

Referencias

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